Recordando a Miguel Hernandez.
¿Por qué te prendieron?.
¡Creyeron que no estabas,
si estabas dentro!.
Creyeron que a la sombra
tus flores marchitadas
no darían hojas.
Ignoraban que el alma
vuela aunque le arranques
plumas de un ala.
No sabían que el que lee
se mete dentro
de castillos, de cuevas
y parapetos.
¡Cómo te burlabas
en tu palmera
que era aquella escoba
dada la vuelta!.
León, 30 de octubre de 2.010.
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